¿CREES EN LA REENCARNACIÓN?
Pitágoras recordaba sus vidas pasadas
El célebre psiquiatra y filósofo norteamericano Raymond Moody en una de
sus conferencias nos explica que el concepto de la reencarnación ha estado
presente en nuestra civilización occidental desde el principio de ésta.
Así, por ejemplo, Pitágoras, considerado el primer filósofo e inventor de la
palabra filosofía, aseguraba recordar ocho de sus vidas pasadas. Platón también
creía en la reencarnación y escribió sobre ella en por lo menos dos de
sus diálogos. También estaba presente en los primeros años del Cristianismo.
Orígenes, uno de los primeros teólogos cristianos, la aceptaba plenamente. Pero
la Iglesia eliminó esta creencia en el siglo IV.
Robert Lanza, elegido por el New York Times como "el tercer
científico vivo más importante", nombrado por la revista Time como
"una de las personas más influyentes del mundo". Ha realizado
profundos estudios sobre la reencarnación.
El Profesor Lanza afirma que el espacio y el tiempo son instrumentos de
nuestra comprensión, por lo que según él, "llevamos el espacio y el tiempo
como las tortugas cargan sus conchas"; puesto que la muerte de la
conciencia existe solo en forma de pensamiento, mientras que las personas se
identifican con sus cuerpos, creyendo que cuando el cuerpo muere, la conciencia
desaparece. Si el cuerpo genera consciencia, esta última muere cuando el cuerpo
muere, pero si el cuerpo recibe la conciencia como un decodificador recibe las
señales del satélite, la conciencia no termina con la muerte física.
La conciencia existe fuera de las limitaciones temporales y espaciales,
se encuentra en el cuerpo humano y fuera de él. Pero hay un punto realmente
interesante en su teoría. El científico dice: "Con la muerte, nuestra vida
se convierte en una flor perenne que vuelve a vivir en el multiuniverso", que
es el lugar de posibilidades infinitas, y que "la vida es una aventura que
trasciende linealmente nuestro modo ordinario de pensar. Cuando morimos, no lo
hacen en la aleatoriedad de la mesa de billar, sino en la inevitabilidad de la
vida”.
El científico cree que múltiples universos pueden existir
simultáneamente y que mientras que en un universo el cuerpo muere, en otro
puede continuar existiendo, absorbiendo la conciencia migrada hacia el segundo.
La persona muerta, durante el viaje a través del túnel, no termina en el
Infierno o en el Cielo, sino en un mundo similar al que una vez habitó, pero
esta vez vivo, y esto se repite indefinidamente.
La historia
de Cameron Macaulay
En 2007, la increíble historia
de Cameron, el niño escocés que recordaba detalles sorprendentes de una vida
anterior, causó sensación.
Cameron Macaulay vive con su
madre separada Norma y un hermano mayor en Clydebank, una ciudad industrial
cerca de Glasgow, Escocia. A la edad de tres años comenzó a comportarse de
manera extraña: siempre hablaba de personas a las que nunca había conocido y
describía con detalle lugares en los que nunca había estado.
Incluso fue más allá: dijo que
creció en Barra, una remota isla al norte de Cornwall, a 300 kilómetros de su
ciudad, donde, por supuesto, nunca había estado antes. Pero, sobre todo, llamó
constantemente a su "antigua" familia, "madre y primeros
hermanos" y al antiguo padre llamado Shane Robertson, quien, según él,
murió en un accidente automovilístico.
Podía describir su antigua
casa al detalle diciendo que era grande, blanca y que daba sobre una bahía de
Barra, desde donde dijo se podía escuchar el sonido de los aviones que
aterrizaban en la playa.
A menudo, el niño se quejaba
de su casa de "ahora", que solo tenía un baño, mientras que la de "entonces"
tenía tres. Incluso su familia actual no le gustaba mucho porque viajaba muy
poco en comparación con la familia "anterior".
Durante tres años, la madre de
Cameron y sus maestros de escuela consideraron que sus historias eran el
resultado de su imaginación.
Pero cuando Cameron cumplió
seis años, la situación se precipitó: lloraba todos los días porque quería
volver con sus familiares y amigos de "antes". Para resolver el
problema de una vez por todas, Norma pensó en acompañar a su hijo a Barra,
segura de que el niño, una vez que llegara a la isla, admitiría que había
inventado todo.
Mientras tanto, la señora Macaulay, se enteró que una productora de
televisión estaba buscando historias relacionadas con la reencarnación, por lo
que contactó al grupo, le propuso el caso de su hijo y junto con ellos
decidieron filmar una película sobre el viaje a Barra. Al grupo también se unió
un médico intrigado por la historia, Jim Tucker, director de la Clínica de
Psiquiatría Infantil de la Universidad de Virginia
Una vez que llegó a la isla,
después de visitar casi todas las casas del lugar, Cameron encontró su casa
blanca, aislada y con vista a una hermosa bahía de la que a menudo había hablado
con su madre. Además, cerca de la casa, se dirigió hacia una especie de pequeña
caverna oculta por arbustos: una entrada secreta que resulta un enigma de como
él podía conocer, ya que desde el exterior era totalmente invisible.
También se descubrió que, de
hecho, una familia Robertson había existido realmente en esa isla y había
vivido en esa casa, con vistas a la Bahía de Cockleshell, tal como lo describió
Cameron. Sin embargo, los últimos descendientes se habían ido hacía mucho
tiempo. Pero frente a algunas fotos de la familia rastreada en la isla, el niño
reconoció el perro manchado y el auto negro del que a menudo hablaba.
Entonces, ¿Cameron Macaulay
realmente reencarnó?