sábado, 31 de marzo de 2018

Reencarnación



¿CREES EN LA REENCARNACIÓN?
Pitágoras recordaba sus vidas pasadas
El célebre psiquiatra y filósofo norteamericano Raymond Moody en una de sus conferencias nos explica que el concepto de la reencarnación ha estado presente en nuestra civilización occidental desde el principio de ésta.  Así, por ejemplo, Pitágoras, considerado el primer filósofo e inventor de la palabra filosofía, aseguraba recordar ocho de sus vidas pasadas. Platón también creía en la reencarnación  y escribió sobre ella en por lo menos dos de sus diálogos. También estaba presente en los primeros años del Cristianismo. Orígenes, uno de los primeros teólogos cristianos, la aceptaba plenamente. Pero la Iglesia eliminó esta creencia en el siglo IV.
Robert Lanza, elegido por el New York Times como "el tercer científico vivo más importante", nombrado por la revista Time como "una de las personas más influyentes del mundo". Ha realizado profundos estudios sobre la reencarnación.
El Profesor Lanza afirma que el espacio y el tiempo son instrumentos de nuestra comprensión, por lo que según él, "llevamos el espacio y el tiempo como las tortugas cargan sus conchas"; puesto que la muerte de la conciencia existe solo en forma de pensamiento, mientras que las personas se identifican con sus cuerpos, creyendo que cuando el cuerpo muere, la conciencia desaparece. Si el cuerpo genera consciencia, esta última muere cuando el cuerpo muere, pero si el cuerpo recibe la conciencia como un decodificador recibe las señales del satélite, la conciencia no termina con la muerte física.
La conciencia existe fuera de las limitaciones temporales y espaciales, se encuentra en el cuerpo humano y fuera de él. Pero hay un punto realmente interesante en su teoría. El científico dice: "Con la muerte, nuestra vida se convierte en una flor perenne que vuelve a vivir en el multiuniverso", que es el lugar de posibilidades infinitas, y que "la vida es una aventura que trasciende linealmente nuestro modo ordinario de pensar. Cuando morimos, no lo hacen en la aleatoriedad de la mesa de billar, sino en la inevitabilidad de la vida”.
El científico cree que múltiples universos pueden existir simultáneamente y que mientras que en un universo el cuerpo muere, en otro puede continuar existiendo, absorbiendo la conciencia migrada hacia el segundo. La persona muerta, durante el viaje a través del túnel, no termina en el Infierno o en el Cielo, sino en un mundo similar al que una vez habitó, pero esta vez vivo, y esto se repite indefinidamente.
La historia de Cameron Macaulay
En 2007, la increíble historia de Cameron, el niño escocés que recordaba detalles sorprendentes de una vida anterior, causó sensación.
Cameron Macaulay vive con su madre separada Norma y un hermano mayor en Clydebank, una ciudad industrial cerca de Glasgow, Escocia. A la edad de tres años comenzó a comportarse de manera extraña: siempre hablaba de personas a las que nunca había conocido y describía con detalle lugares en los que nunca había estado.
Incluso fue más allá: dijo que creció en Barra, una remota isla al norte de Cornwall, a 300 kilómetros de su ciudad, donde, por supuesto, nunca había estado antes. Pero, sobre todo, llamó constantemente a su "antigua" familia, "madre y primeros hermanos" y al antiguo padre llamado Shane Robertson, quien, según él, murió en un accidente automovilístico.
Podía describir su antigua casa al detalle diciendo que era grande, blanca y que daba sobre una bahía de Barra, desde donde dijo se podía escuchar el sonido de los aviones que aterrizaban en la playa.
A menudo, el niño se quejaba de su casa de "ahora", que solo tenía un baño, mientras que la de "entonces" tenía tres. Incluso su familia actual no le gustaba mucho porque viajaba muy poco en comparación con la familia "anterior".
Durante tres años, la madre de Cameron y sus maestros de escuela consideraron que sus historias eran el resultado de su imaginación.
Pero cuando Cameron cumplió seis años, la situación se precipitó: lloraba todos los días porque quería volver con sus familiares y amigos de "antes". Para resolver el problema de una vez por todas, Norma pensó en acompañar a su hijo a Barra, segura de que el niño, una vez que llegara a la isla, admitiría que había inventado todo.
Mientras tanto, la señora  Macaulay, se enteró que una productora de televisión estaba buscando historias relacionadas con la reencarnación, por lo que contactó al grupo, le propuso el caso de su hijo y junto con ellos decidieron filmar una película sobre el viaje a Barra. Al grupo también se unió un médico intrigado por la historia, Jim Tucker, director de la Clínica de Psiquiatría Infantil de la Universidad de Virginia
Una vez que llegó a la isla, después de visitar casi todas las casas del lugar, Cameron encontró su casa blanca, aislada y con vista a una hermosa bahía de la que a menudo había hablado con su madre. Además, cerca de la casa, se dirigió hacia una especie de pequeña caverna oculta por arbustos: una entrada secreta que resulta un enigma de como él podía conocer, ya que desde el exterior era totalmente invisible.
También se descubrió que, de hecho, una familia Robertson había existido realmente en esa isla y había vivido en esa casa, con vistas a la Bahía de Cockleshell, tal como lo describió Cameron. Sin embargo, los últimos descendientes se habían ido hacía mucho tiempo. Pero frente a algunas fotos de la familia rastreada en la isla, el niño reconoció el perro manchado y el auto negro del que a menudo hablaba.
Entonces, ¿Cameron Macaulay realmente reencarnó?

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